El Che Guevara fue un hombre hecho a sí mismo. Ningún otro héroe revolucionario podrá sustituirlo. Fue consecuente con todas sus creencias hasta perder la vida por su causa. Desde Bolívar ningún hombre ha tenido ideales tan elevados para el desdichado y dividido continente de Sudamérica. Nunca podrá ser olvidado. No hay palabras para describir a este luchador al que Sartre llamó el hombre más completo de su época. Fue un ejemplo en todo lo que hizo, como médico, economista, embajador, estratega, escritor, y así en todos sus cometidos. Fue un hombre de una pieza. Se propuso llevar todo a buen fin. Cuando aseguró que trabajar para los demás era el mayor gozo que podría tener el hombre, fue coherente con este pensamiento. Aseguró que nadie es imprescindible, y se incluyó a sí mismo en esta declaración. Se arriesgó por sus creencias y murió por ellas. Este libro de homenaje demuestra que el mundo tiene la obligación de mantener vivo al Che después de su muerte. Su comportamiento siempre será digno de recordar. Che Guevara sigue siendo, a la vez, un enemigo terrible y arrebatador para las naciones ricas y los gobiernos corruptos del mundo que oprimen a las naciones pobres de la Tierra.