La joven se llama María y parece una chiquilla cualquiera. Viste una túnica liviana que adorna su cuerpo hermoso y esconde el brazo derecho mutilado. Luce un rostro luminoso que destaca entre las ramas verdes de los árboles. José, un carpintero viudo, se le acerca un día sin dar importancia a su defecto físico porque en la mirada de María el hombre intuye que será el testigo de un evento ajeno a su realidad y, sin embargo, tan real como la tierra, el fuego y el cielo que le han tocado en suerte...
«Vuelve Gustavo Martín Garzo al legendario territorio mítico-poético de El lenguaje de las fuentes, para iluminar y ensanchar la vida de María ... Bellísima novela.»
Ana Rodríguez Fischer, Babelia, El País
Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) recibió en 1994 el Premio Nacional de Narrativa por su novela El lenguaje de las fuentes, en 1995 el Premio Miguel Delibes por Marea oculta, en 1999 el Premio Nadal por Las historias de Marta y Fernando. Otras obras suyas son La princesa manca (1995), El pequeño heredero (1997) o El valle de las gigantas (2000). En Siruela ha publicado Una miga de pan (2000) y, junto con otros autores españoles, un relato para el libro Bestiario (1997).