«¿Debo acaso insistir en que no tengo la más mínima ambición teórica y que este libro no es sino la confesión de un practicante ? La obra de cada novelista contiene una visión implícita de la historia de la novela, una idea de lo que es la novela : es esta idea de la novela, inherente a mis novelas, la que he procurado dejar hablar.» En estos siete textos relativamente independientes, pero vinculados en un único ensayo, Milan Kundera expone su concepción personal de la novela europea («arte nacido de la risa de Dios»). ¿Está su historia en vías de terminarse ? El caso es que hoy, en la época de las «paradojas terminales», la novela «ya no puede vivir en paz con el espíritu de nuestro tiempo : si aún quiere progresar en tanto que la novela, no puede sino hacerlo en contra del progreso del mundo». Uno de los textos está dedicado a Hermann Broch, otro a Franz Kafka, y, desde la primera hasta la última línea, la reflexión de Kundera es una constante referencia a los autores que constituyen los pilares de su «historia personal de la novela» : Rabelais, Cervantes, Sterne, Diderot, Flaubert, Tolstoi, Musil, Gombrowicz. En dos diálogos, el autor habla de su propio arte (arte en el sentido casi artesanal de la palabra), de las distintas maneras de crear un «ego experimental» (personaje), de la polifonía, de la composición