MARCO AURELIO / PENNORS, SCOTT (Ilustración)
En el capítulo séptimo de sus «Pensamientos para mí mismo», Marco Aurelio anotó melancólico: «Muy pronto todos te habrán olvidado». En esta ocasión, el emperador- filósofo se equivocaba. Casi dos milenios después de su muerte, su escritura sigue viva y sus palabras siguen cambiando la vida de millones de lectores. A la obra de Marco Aurelio regresamos una y otra vez, desde todas las épocas que ha visto el mundo y desde los distintos momentos de una sola existencia individual. Y volvemos a ella porque, a diferencia de lo que en ocasiones se piensa, es la obra de un hombre de acción, que nos enseña a actuar, ampliando nuestro campo de visión y nuestra relación, a veces tan estrecha y ciega, con lo que nos ocurre. De igual modo, es la obra de un pensador sereno y consciente de que esa serenidad es la condición imprescindible para la búsqueda de la vida buena y de las buenas decisiones, aquellas que nos acercan a la felicidad para uno mismo y a la justicia para los demás.
Marco Aurelio (Roma, 121 - Viena, 181) fue un reconocido y popular emperador y filósofo de Roma conocido como el «sabio» gracias a su gran formación cultural y filosófica, por ser un seguidor del estoicismo y por haber escrito una serie de reflexiones y pensamientos fundamentales en el pensamiento clásico. Reconocido principalmente por la manera en la que gobernó a su pueblo, fue visto como uno de los representantes más importantes de la filosofía estoica y fue el último césar que tuvo la «Pax Romana», una de las épocas más prósperas del Imperio.