En este ensayo trata Horkheimer de definir y fundamentar un modo de entender la investigación científica que renuncia a los tópicos de la teoría tradicional de cuño positivista (la neutralidad valorativa y la orientación técnica del saber científico) y que, retomando expresamente la peculiar síntesis de aspiración al máximo rigor científico y de máximo compromiso político que caracteriza a la teoría económica de El capital de Marx, reconoce expresamente el interés práctico que la determina, su condición de teoría políticamente comprometida en la instauración de una sociedad racional y justa.
Muy diferente es el segundo ensayo que compone este volumen, «Razón y autoconservación» (1942), perteneciente a una segunda época del pensamiento del autor marcada por la experiencia del fascismo y de la Segunda Guerra Mundial y caracterizada por el abandono del programa revolucionario marxista y la sustitución de las investigaciones sociológicas positivas por una crítica radical de la cultura centrada en torno al fenómeno de la reducción de toda racionalidad a razón instrumental, crítica que culmina en la gran obra conjunta de Horkheimer y Adorno, Dialéctica de la Ilustración. Este volumen muestra, pues, el contraste entre dos períodos muy diferentes del itinerario de la Escuela de Francfort, y permite al lector valorar si la teoría crítica debe ejercerse como crítica filosófica de la cultura o si por el contrario (como cree Habermas) debe recuperar los rasgos que definiera Horkheimer en su ensayo, ya clásico, de 1937.
La introducción ha corrido a cargo de Jacobo Muñoz, catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense y especialista en pensamiento contemporáneo, sobre cuyas diferentes corrientes ha publicado numerosos trabajos.
Nombrado en 1930 ordinario de la cátedra de filosofía social y director del Instituto de Investigación Social en Fránkfort, desarrolló un nuevo concepto de teoría social, con una intención emancipativo-práctica, al que denominó Teoría Crítica. De acuerdo con su orientación materialista y crítico-dialéctica, no dio forma de sistema a esta teoría, sino que la elaboró en el trabajo multidisciplinar, en una compenetración dialéctica de ciencias y filosofía. A partir de 1933, poco antes de la llegada al poder de Hitler, emigró, junto a la mayoría de sus colaboradores en el Instituto, a Estados Unidos. Allí su teoría fue evolucionando hacia una autocrítica radical de la Ilustración, que dio origen a sus dos obras fundamentales: Dialéctica de la Ilustración (2005), escrita en colaboración con Th. W. Adorno, y Crítica de la razón instrumental (2002), publicadas en esta Editorial. Tras su regreso a Alemania, asumió de nuevo, por un breve periodo, la actividad académica y la dirección del Instituto, pero no reeditó su Teoría Crítica. Su producción se limita, en las nuevas condiciones históricas, a artículos, conferencias y, sobre todo, a lúcidos y penetrantes aforismos, en los que actualiza la crítica de sus dos obras fundamentales a una sociedad encaminada hacia el «mundo administrado» y sometida al imperio de la razón instrumental. De ahí la reivindicación que hace Horkheimer del pensamiento autónomo en cuanto negación de lo existente y de la religión como resistencia y solidaridad, en los textos reunidos en Anhelo de justicia (2000) y en Sociedad, razón y libertad (2005), ambas obras publicadas en esta Editorial.