¿Expiará sus pecados el Cazador de Santos? ¿Encontrará su lugar en el mapa de Canciones Tristes? ¿Conseguirá Alejo vender su alma al Diablo? ¿El Señor es mi pastor, nada me ha de faltar? ¿Podrá el Aprendiz de Brujo hacer el milagro que justifique su historia? ¿Cuáles son las instrucciones para erigir un palacio de la memoria? ¿De quién está embarazada Alma? ¿Está embarazada Nina? ¿Adónde se fue Tina T.? ¿ Es El Angelino un mártir o un criminal? ¿Cómo evitar el pánico de la huida considerada? ¿Cuál es la manera más ridícula de morir? ¿Se estrenará alguna vez un film maldito titulado The Crucifiction? ¿Fue un héroe o un traidor el postmortem general mexicano Gervasio vicario Cabrera? . Y El Freako? ¿Y Andy Warhol? ¿Qué esconden las muertes de varias jóvenes vírgenes? ¿Saldrá algún dia la pequeña Selene de su disfraz de Tortuga Ninja? ¿Cuál es el secreto de los manuscritos de Qumrán?
Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) es autor de Historia argentina, Vidas de santos, Trabajos manuales, Esperanto, La velocidad de las cosas, Mantra, Jardines de Kensington y El fondo del cielo. Libros suyos han sido traducidos a numerosos idiomas con gran éxito de crítica. Fresán vive en Barcelona desde 1999 y ha prologado, anotado y traducido libros de Ann Beattie, Anthony Burgess, John Cheever, Ford Madox Ford, Denis Johnson y Carson McCullers, entre otros. En la actualidad, escribe en numerosos medios y dirige la colección de literatura criminal Roja & Negra. Además de los numerosos elogios dedicados a Historia argentina, de sus otras obras se ha escrito: «Pocas novelas tan apasionantes he leído en los últimos años. Con Mantra es con la que más me he reído, la que me ha parecido más virtuosa y al mismo tiempo más gamberra» (Roberto Bolaño, Reforma); «La velocidad de las cosas es un libro que me resulta siempre idóneo para ponerlo como ejemplo de escritura que me interesa... Presumo de ser el autor que más veces la ha leído» (Enrique Vila-Matas); «Jardines de Kensington es una de esas novelas (pensar en Lolita, Moby-Dick, los relatos de Borges y de Calvino) que te hacen recordar ese profundo y sensual placer que sentíamos cuando éramos niños y descubrimos la lectura y nos adentramos a nadar en ese vasto océano de libros» (Jenny Diski, The New York Times); «La clase de autor que trae una ráfaga de oxígeno fresco a la habitación» (Jonathan Lethem).