La llamaron Catalina la Grande, y lo fue en todo. Causcó admiración durante su vida y aun muchos años despues de su meurte. Se comentaba en toda Europa su aventurada ascensión al trono rebelandose contra su marido, el zar. sus relaciones con los intelectuales franceses, entre ellos Voltaire y Diderot, que la adoraban. Había rumores sobre sus numerosos amantes que compatían su lecho, aunque nunca su poder. su astucia en política internacional, respaldada por un ejército bien organizado y fuertemente armado, la cínica duplicidad de sus declaraciones liberales para el extranjero y sus actos absolutistas dentro de sus fronteras. Fue odiada por muchos y adorada por más.