Soy escritor. Pero nunca habría escrito una letra a derechas si no fuera por cuanto he leído. Con todas las lecturas que me hicieron disfrutar y soñar desde que era apenas un niño, he reunido este compendio de clásicos literarios de hoja perenne. Solo hay que consultar el índice: todos y cada uno de ellos tienen algo que enseñarnos. Y continuarán presentes en los estantes de las librerías cuando del escaparate hayan desaparecido otros títulos de moda: a la postre, los bestsellers son de hoja caduca, sometida al capricho de la temporalidad.
Nacido en 1957 en la cuenca minera de Huelva, Julián Granado reside en Sevilla, donde ejerce la Medicina. Que conjuga con una arraigada vocación literaria. Su especialidad es la bajada a las galerías del pasado, para reinventarlo sin complejos historicistas. Por entre las luces y sombras de sus recreaciones históricas deambulan tipos controvertidos (ya sean Mendizábal el anticlerical, Queipo el psicópata o Ferrer Guardia el anarquista), a los que ha tratado de diseccionar en novelas como El caballero Neto (Almuzara), De Humanidad y polilla (Anagrama) o El fajín del Virrey (Almuzara). Inspiradas en épocas más recientes, ha publicado La infancia desdichada de Seoane (ambientada en las postrimerías del franquismo), La inocencia del aceite (Premio Salvador García Aguilar de Novela Corta), Ceguera nocturna (Premio Giralda Local de Sevilla) o Un mundo aparte (Premio Encina de Plata). Cultiva asimismo la narrativa breve, que le ha valido galardones como el Ciudad de Isla Cristina, el Alhóndiga, el Antonia Cerrato o el Villa de Navia.