Esta edición condensa el universo literario de Levrero, y está integrada por la totalidad de cuentos publicados entre 1970 y 2003. En este volumen al cuidado de su hijo Nicolás Varlotta se reúnen por primera vez cuentos que hasta ahora se creían inconseguibles. «En estos cuentos está el Levrero más secreto y el que, de alguna manera, tiene el ochenta por ciento del ADN que lo hizo un escritor extraordinario.»
Fabián Casas De la misma manera que decimos que algo es borgeano o kafkiano, Mario Levrero también dejó una huella inconfundible que trasciende la literatura. Su obra se caracteriza por dos grandes líneas: una influenciada por Kafka y los cuentos infantiles, llena de relatos de peripecias, siempre bordeando lo siniestro, y otra realista, más cercana a Jorge Varlotta, su "yo cotidiano". Esta edición condensa el universo literario del autor, y está compuesta por la totalidad de cuentos publicados en vida, entre 1970 y 2003. Compilado por su hijo Nicolás Varlotta y prologado por Fabián Casas, en este volumen se reúnen por primera vez relatos que hasta ahora se creían inconseguibles. A quince años de su muerte, la obra de Levrero sigue ganando lectores y reconocimiento internacional. Su estilo y su imaginación son raros en la literatura en español, por eso su nombre integra hoy el canon latinoamericano del siglo xx, y él está consagrado como uno de los escritores más geniales de la narrativa rioplatense.
Mario Levrero nació en Montevideo en 1940 y falleció en la misma ciudad en 2004. Fue fotógrafo, librero, guionista de cómics y de folletines experimentales, humorista y redactor jefe de una revista de perfil inclasificable. Es autor de las novelas La ciudad (1970), Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo (1975), París (1980), El lugar (1984), La Bandadel Ciempiés (1989), Dejen todo en mis manos (1996), El alma de Gardel (1996), El discurso vacío (1996) y La novela luminosa (2005); publicó tambiénlos libros de relatos La máquina de pensar en Gladys (1970), Todo el tiempo (1982), Aguas salobres (1983), Los muertos (1986), El portero y el otro (1992), Ya que estamos (2001) y Los carros de fuego (2003); asimismo, algunos de sus mejores artículos periodísticos se encuentran en Irrupciones I (2000) e Irrupciones II (2001).