Edmond Rostand (18681918), poeta y dramaturgo francés, conoció la gloria la noche del estreno de su CYRANO DE BERGERAC, drama poético, de capa y espada, realista y romántico, basado en la vida del poeta y filósofo Gastón, autor de Historia cómica de los Estados e Imperios de la Luna. Personaje pendenciero, jugador, libertino y librepensador, materialista y poco romántico, célebre por su desproporcionada nariz, Rostand le convirtió, con su drama, en mito y héroe nacional, haciéndole pasar de la historia a la leyenda. Esta edición presenta la magistral traducción realizada por Jaime y Laura Campmany, respetando escrupulosamente la métrica en que había sido escrita la obra original. En palabras de Manuel Martín Ferrand, esta versión «mejora el original del mismo modo que Rostand superó al verdadero Cyrano». Con ella disfrutaremos, en toda su fuerza y viveza, de la musicalidad y el ritmo del verso francés.
Edmond Rostand, hijo del economista y escritor Jean Rostand, nació en Marsella el 1 de abril de 1868. En 1888 escribió su primera obra de teatro. Estudió la carrera de derecho, pero nunca llegó a ejercer como abogado. Se casó en 1890 con Rosemonde Gérard, quien también escribía poesía, y tuvieron dos hijos. En 1915, Rostand dejó a Rosemonde por la actriz Mary Marquet, el último amor de su vida. Edmond Rostand alcanzó su primer éxito en 1894 con la obra en verso < i > Les Romanesques, < /i > , pero el triunfo absoluto le llegará en 1897 con < i > Cyrano de Bergerac < /i > . En 1901, fue elegido miembro de la Académie Française, y empezó a escribir su nueva obra, < i > Chantecler < /i > , que no se estrenaría hasta 1910. Rostand había trabajado en ella durante muchos años y se debía convertir en la culminación de su carrera. Pero aunque no es un fracaso absoluto, la obra no convence al público. Desde entonces, sus nuevas obras no llegan a los escenarios, aunque < i > Cyrano de Bergerac < /i > continúa siendo representada sin interrupción. Durante la Primera Guerra Mundial, Rostand se implica de muchas maneras en la defensa de los soldados franceses y pasa incluso unos días en el frente. El 2 de diciembre de 1918 muere en París, víctima de la epidemia de «gripe española» que azota Europa.