La primera mitad del siglo XVII es una etapa convulsa en la historia de Europa. Las guerras de religión conforman un fondo sobre el que, sin embargo, maduran grandes adelantos científicos. Descartes es el pilar sobre el que se asienta la corriente racionalista en filosofía que, junto a la empirista, establecerá las bases de reflexión para la ciencia moderna. Descartes consagrará su vida a diseñar el método para que la reflexión especulativa progrese sobre una base firme. Para ese diseño utilizará a la matemática como modelo. La geometría analítica, que permite asociar curvas a ecuaciones y recíprocamente, haciendo progresar solidariamente geometría y álgebra, le debe sus primeros resultados.