Voy por el mundo de las artes plásticas como voy por el mundo: de polizón. Me he colado por la puerta de atrás, he trepado por la maroma que amarra el barco en la rada. No tengo pasaje, ni planes de tenerlo. Tampoco tendría con qué comprar mi billete. Andar de clandestino supone hacer de los inconvenientes privilegios. Las cosas duran lo que duran: hasta que a uno lo desenmascaran y lo echan a patadas por la borda. Pero mientras tanto se goza de una completa libertad y de la satisfacción de hacer lo que a uno le viene en gana. Para quien se ha colado de rondón, lo que se viaja, por corto que sea el trayecto, siempre representa un regalo. El ánimo del polizón, más que el de llegar a algún lugar concreto, se cifra en no permanecer más de la cuenta en ningún concreto lugar. Lo mueve la inquietud, la curiosidad, un impertinente espíritu de chismoso. Andar y ver, dijo un poeta en prosa. Navegar y contar. El polizón se siente a su anchas cuando escribe sobre lo que se le ocurre. Su lujo consiste en hablar de aquello que admira, de lo que le gusta entre las mil cosas que observa.
Carlos Marzal nació en Valencia en 1961 y se licenció en filología hispánica por la universidad de la misma ciudad. Publicó su primer libro, El último de la fiesta, en 1987, y cuatro años más tarde, La vida de frontera (1991). Luego vendrían los poemarios publicados en esta colección, Los países nocturnos (1996, Marginales 145) y Metales pesados (2001, Marginales 196) ?este último Premio Nacional de la Crítica y Nacional de Literatura en 2002?, y ya en 2004, Fuera de mí, Premio Fundación Loewe. Esos cinco libros están agrupados en El corazón perplejo. Poesía reunida (1987-2004) (Marginales 230). Marzal se ha revelado también como un novelista fuera de lo común con Los reinos de la casualidad (2003, Andanzas 583), saludada por la crítica como una novela excepcional y elegida novela del año por algunos suplementos literarios. Marzal ha reunido sus escritos teóricos en el volumen Poesía a contratiempo (2002), sus aforismos en Electrones (2007), y sus apuntes sobre arte en El cuaderno del polizón (2007); además, ha traducido del catalán Andén de cercanías, el poemario de Enric Sòria.