18 de julio de 1936. Dos jóvenes consuman su amor en una intensa noche pasional mientras los aliados de Hitler y Mussolini, generales africanistas, preparan el incendio, la muerte de España. Ellos, descendientes de Romeo y Julieta, serán sacrificados, como su pueblo. Franco, el general paciente, tan impotente como ambicioso y cruel. Mola, el general impaciente, director de la conspiración, que al igual que Sanjurjo desaparecerá pronto del sangrante escenario. Millán Astray, el mensajero de la muerte, incondicional aliado de la criatura que llevó consigo a la Legión, Frankenstein sin piedad de esta historia, son algunos de los protagonistas de la novela. Y la falange, que decidió pasar a la acción, es decir, constituirse como sindicato del crimen organizado, y terminó siendo arrollada, vencida, desmovilizada por Franco y sus aliados nazis. Esta novela pretende recuperar la memoria histórica, de forma incorrecta, al margen de pactos y traiciones. Que el lenguaje, sin concesiones, exprese el horror de aquella historia. Y que sus culpables sean juzgados, al menos, por el tribunal de la conciencia. irredento y libre. Partiendo de una obra que cuatro años atrás escribiera su autor, ahora, en el año 2006, se recrea en una reconstruida narración aquel 18 de julio para ejecutar este ajuste de cuentas con la mayor tragedia sufrida por el pueblo español y denunciar sin misericordia alguna, a sus culpables.
Andrés Sorel es el nombre literario (tomado del personaje de Stendhal) de Andrés Martínez Sánchez, nacido en Segovia en 1937. Militante comunista durante la dictadura, dirigió en Madrid el clandestino Revolución y Cultura, y en París, donde se exilió entre 1972 y 1974, la publicación Información Española, destinada a los inmigrantes españoles en Europa. Ha publicado más de cincuenta obras, traducidas a multitud de idiomas, algunas de las cuales fueron prohibidas durante el franquismo por el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne. A finales de 1974 dejó el PCE y, poco después, a la muerte de Franco, regresó a España y empezó a colaborar en diversos medios. En 1984 fundó el diario Liberación, presentado como el primer periódico de izquierdas radical del país. Durante 25 años ha sido secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de España y director de la revista República de las Letras.