Dos jóvenes unidos por el amor a otros planetas y a una chica de poderosa belleza. Alguien que nos mira y que no puede dejar de mirarnos. Una novela legendaria. La nieve, las estrellas, y esa noche definitiva en la que todo termina para que así comience la historia secreta del universo.
Bienvenidos al fin de los finales del mundo.
"Rodrigo Fresán es un escritor maravilloso, heredero directo de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, pero con su propia voz y de su propio tiempo, con una fértil imaginación, atrevido y dotado de una visión tan divertida como profunda."
John Banville
Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) es autor de Historia argentina, Vidas de santos, Trabajos manuales, Esperanto, La velocidad de las cosas, Mantra, Jardines de Kensington y El fondo del cielo. Libros suyos han sido traducidos a numerosos idiomas con gran éxito de crítica. Fresán vive en Barcelona desde 1999 y ha prologado, anotado y traducido libros de Ann Beattie, Anthony Burgess, John Cheever, Ford Madox Ford, Denis Johnson y Carson McCullers, entre otros. En la actualidad, escribe en numerosos medios y dirige la colección de literatura criminal Roja & Negra. Además de los numerosos elogios dedicados a Historia argentina, de sus otras obras se ha escrito: «Pocas novelas tan apasionantes he leído en los últimos años. Con Mantra es con la que más me he reído, la que me ha parecido más virtuosa y al mismo tiempo más gamberra» (Roberto Bolaño, Reforma); «La velocidad de las cosas es un libro que me resulta siempre idóneo para ponerlo como ejemplo de escritura que me interesa... Presumo de ser el autor que más veces la ha leído» (Enrique Vila-Matas); «Jardines de Kensington es una de esas novelas (pensar en Lolita, Moby-Dick, los relatos de Borges y de Calvino) que te hacen recordar ese profundo y sensual placer que sentíamos cuando éramos niños y descubrimos la lectura y nos adentramos a nadar en ese vasto océano de libros» (Jenny Diski, The New York Times); «La clase de autor que trae una ráfaga de oxígeno fresco a la habitación» (Jonathan Lethem).