Sin ser una autobiografía, impresiona la voluntad de desnudamiento que recorre cada uno de estos textos, empezando por la aceptación de que escribir es una forma de darle la espalda al prójimo. Si el aprendizaje del idioma materno ?que constituye en definitiva el «hogar» de cada uno de nosotros? supone para el hablante la renuncia a ese momento inicial en el que todas las lenguas se abren como una promesa, como una potencialidad igualmente factible, este libro «nos proporciona a base de lenguaje la salida del lenguaje, el atisbo de la realidad del mundo»; una forma de desandar el camino, abandonar las supuestas certezas y alcanzar ese punto de inseguridad e indeterminación, de extrañeza y fascinación, en el que se puede afirmar precisamente que un escritor es aquella persona a quien le cuesta escribir más que a ninguna otra.
Fabio Morábito (1955) reside en México y es autor de tres libros de poesía: Lotes baldíos, que ganó el premio Carlos Pellicer, De lunes todo el año, que ganó el Premio Aguascalientes, y Alguien de lava. Los tres fueron reunidos en el volumen La ola que regresa (Fondo de Cultura Económica). Ha escrito tres libros de cuentos: La lenta furia (Tusquets), La vida ordenada (Tusquets) y Grieta de fatiga (Tusquets), este último ganador del Premio de Narrativa Antonin Artaud, así como dos libros de prosas: Caja de herramientas (Fondo de Cultura Económica) y También Berlín se olvida (Tusquets). Ha publicado una breve novela para niños, Cuando las panteras no eran negras (Siruela), y es autor de un libro de ensayos, Los pastores sin ovejas (El Equilibrista). Ha traducido la poesía completa de Eugenio Montale (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores) y el Aminta de Torquato Tasso (UNAM). Ha residido largas temporadas en el extranjero y varios de sus libros han sido traducidos al alemán, al inglés, al francés, al portugués y al italiano.
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