La personalidad de Léon Bloy, al igual que su misma literatura, se resiste a ser resumida en unas cuantas líneas. De él puede decirse que fue tumultuoso y atrabiliario, católico fervoroso tras declararse un anticlerical violento y anti-burgués por afecto a los humildes, crítico feroz de la sociedad literaria del fin de siglo y, en fin, combativo con todas las ideas de modernidad dominantes en su tiempo. Profeta, visionario y especialista de la injuria al decir de Jorge Luis Borges, «suscita en el lector una deslumbrante admiración o un total rechazo». Los caudalosos Diarios de Léon Bloy, cuyos ocho volúmenes publicará íntegros Editorial Renacimiento, son sin duda la obra más representativa del autor. En todos y cada uno de ellos, empezando por El mendigo ingrato, aparecen sus trifulcas con los editores, la pobreza irradiante a la que se vio abocado, las contiendas despiadadas con sus coetáneos. La innegable grandeza de esta obra en palabras del añorado Cristóbal Serra, que la seleccionó y tradujo con solvencia «reside en su héroe, que no es tan sólo el yo diarista, aunque este yo pese con toda su carga de sangre y de cólera».
El mendigo ingrato pone de relieve la pobreza existencial, extrema, mendicante del artista anti-moderno, enfrentado a una sociedad eminentemente dineraria.
Léon Bloy (Périgueux, 1846-Bourg-la-Reine, París, 1917) fue el segundo hijo de una familia pequeñoburguesa. A los dieciocho años se trasladó a París para dedicarse al arte y a la literatura. La amistad con Barbey d'Aurevilly le acercó al catolicismo, pasando así de un anticlericalismo furibundo a un catolicismo intransigente. Durante una estancia en el Santuario de La Salette, conoció al abad Tardif, que lo introdujo en el estudio de la simbología bíblica. En 1889 se casó con Jeanne Molbeck, lo que le proporcionaría la serenidad que necesitaba para publicar sus escritos. Sus obras se caracterizan por tener un estilo visionario y agresivo, entre ellas destacan: El desesperado (1889), La salvación por los judíos (1892), Cuentos descorteses (1895), La mujer pobre (1897), La que llora (1907), La sangre del pobre (1909), El alma de Napoleón (1912), Exégesis de los lugares comunes (1913) y Meditaciones de un solitario (1917). También es autor de un Diario apocalíptico y profético (1892-1917), considerado por algunos su obra más representativa.
Manuel Neila (Hervás, Cáceres, 1950) es poeta, ensayista y editor. Entre sus publicaciones más recientes cabe destacar: El camino original [Antología poética 1980-2012] (2012), el volumen de artículos El escritor y sus máscaras (2015), el diario personal Clima de riesgo. Días de 2012 (2015) y los libros de ensayo La levedad y la gracia (2016), Cristóbal Serra en su laberinto (2017) y Rendición del héroe (2019). También ha editado: Páginas escogidas de Montaigne, Papeles póstumos de Ángel Sánchez Rivero, Sentencias y donaires de Antonio Machado, Hogares humildes. Obra poética de José García-Vela y Aforismos y Charlas de café de Santiago Ramón y Cajal.
Léon Bloy (1846-1917), panfletario y romántico, nació en el Périgueux el 11 de julio de 1846. Su padre fue masón volteriano y su madre católica devota. En 1867 se trasladó a París. Entre sus obras destacan Le Désespéré (1886), Le Salut par les juifs (1892), Histoires désobligeantes (1894). En esta misma editorial hemos presentado ya su Exégesis de los lugares comunes (1902 y 1913; Acantilado, 2007) y Diarios (Acantilado, 2007).