José Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 1930) ha sido un poeta muy tardío. No publicar un primer libro de poemas hasta pasados los sesenta años significa quedarse fuera de los recuentos poéticos, que cristalizan en grupos y generaciones enseguida, en la primera juventud. Además, apareció como poeta cuando ya era un narrador y un ensayista de sólido prestigio, lo que podía dejar a sus versos en un segundo plano. Éstos, encima, no llaman la atención con alardes formales. Y varias de las entregas salieron en colecciones de escasa difusión que hoy resultan inencontrables. Pero nada ha conseguido despistar a los lectores más avisados, que han reconocido en él una voz poética auténtica, única, magistral.
El propósito de esta antología ha sido recoger el nítido dibujo de su poesía, que se difumina si no se tienen presentes los poemas de esos primeros libros de difícil acceso, aquí bien representados. La constante depuración de una mirada ya de por sí muy limpia, la trascendencia ahondándose y el humor afinándose, la elegía y el elogio juntándose, la compasión y la felicidad acendrándose le dan a El precio un inmenso valor.
Nació en Langa (Ávila), en 1930. Entre sus ensayos cabe destacar Guía espiritual de Castilla (1984) y Los ojos del icono (1988); su obra narrativa comprende títulos como Historia de un otoño (1971), La salamandra (1973), El santo de mayo (1976), El grano de maíz rojo (1988), que obtuvo el premio de la Crítica, El mudejarillo (1992), La boda de Ángela (Seix Barral, 1993), Teorema de Pitágoras (Seix Barral, 1995), Las sandalias de plata (Seix Barral, 1996), Los compañeros (Seix Barral, 1997), Ronda de noche (Seix Barral, 1998), Las señoras (Seix Barral, 1999), Maestro Huidobro (2000), Un hombre en la raya (Seix Barral, 2000), Los lobeznos (Seix Barral, 2001), y Carta de Tesa (Seix Barral, 2004). Es, además, autor de los volúmenes de poesía, El tiempo de Eurídice (1996), Elegías menores (2002) y Elogios y celebraciones (2005). Ha obtenido el Premio Castilla y León de las Letras en 1988, el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1992 y el Premio Cervantes en 2002.