Lola Flores es uno de los personajes de más arrolladora espontaneidad, más intuitivos y también más complejos de cartografiar artística y vitalmente de la España de ese siglo veinte que ya es historia. Un fenómeno abierto a todos los excesos, la abanderada de todas las esencias del tópico nacional, la artista genial que escapa a las definiciones, la que cantaba ante Franco en La Granja y la que secunda la huelga de los actores en vida del dictador, la amante generosa y libre que se pone el mundo por montera, y la madre amantísima obsesionada por la felicidad de sus cachorros. Lola de Hacienda, La Faraona, La Niña de Fuego...