En 1920, el barrio de Asakusa representaba para Tokio lo que Montmartre había sido para París en 1890 y lo que Times Square sería para Nueva York en 1940.Un lugar que permitía el anonimato, la libertad, la deriva; lleno de placeres, sexuales y sociales. La pandilla de Asakusa captura el encanto decadente de ese distrito de teatros de variedades, clubs de jazz y burdeles, arquitectura modernista y cines destartalados. Esta novela retrata la energía desbordante de Asakusa mediante la crónica, el relato popular, las escenas callejeras y un ritmo cinematográfico.
Yasunari Kawabata, premio Nobel 1968, se suicidó a los setenta y dos años de edad, y a pesar de haber escrito más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, no redactó ni una nota que ayudara a explicar las razones de su decisión. Huérfano a los tres años, crítico literario en sus inicios, insomne perpetuo, admirador de la obra de Joyce y Virginia Woolf, cineasta juvenil, lector voraz tanto de Tolstói como de las vanguardias europeas y solitario empedernido, Kawabata permaneció al margen de la política de su país durante la segunda guerra mundial. Fue además mentor y difusor de Yukio Mishima. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el problema del erotismo, destacan: La bailarina de Izu (1926), País de nieve (1948) y La casa de las bellas durmientes (1961).Conocedor del budismo, y sin embargo ateo, en su juventud Kawabata profetizó que la literatura llegaría a sustituir a la religión.