En agosto de 1951 Juan Larrea, que residía en Nueva York como investigador becado desde 1949, fue invitado a un Congreso Internacional de Peruanistas en Lima. Su estancia en el Perú se prolongó hasta septiembre y dio ocasión a que leyera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos La religión del lenguaje español, una conferencia pronunciada meses antes en el Hispanic Institute de Columbia University, que adaptó para la ocasión y publicó de inmediato.
La religión del lenguaje español ofrece buena muestra de la lógica poética a que obedecen los ensayos de Larrea y que, en su concepto, es la que rige la realidad profunda de nuestra humanidad colectiva y la orienta hacia su destino prometido. La conferencia pasa de ocuparse del lenguaje español a la diáspora de los poetas republicanos que lo representan, transita por las revelaciones del Apocalipsis y los escritos de Unamuno, va del mito de Santiago al de Prisciliano místico y mártir. Plasma, en suma, un momento decisivo de las exploraciones maravilladas de un Larrea en todo su vigor.
Juan Larrea, de origen
navarro, que nace en Bilbao en 1985, constituye un caso peregrino en las letras
hispánicas, pues, no es sólo el poeta de los versos enigmáticos de Versión celeste. Es también el prosista
original de numerosos libros (se acercan a la quincena sus ensayos) que se
revelan como una de las fuerzas más vivas y más interesantes de la cultura hispánica
del siglo. Sin duda con él adviene otra manera de enfocar el mundo. La idea
racional queda malparada con Larrea que ha escrito obras tan revolucionarias en
el terreno de la Cultura como Rendición
de espíritu (1943), La espada de la
paloma (1956) y Razón de ser,
que nos deslumbran con su vasto mito apocalíptico sobre la mutación de la
cultura de Occidente.