Algunos dirán que La tierra fértil es el retrato de una sociedad feudal: la de la Cataluña del siglo XIII. Otros, que es la crónica de una cadena de pasiones, amistad, traición, amores, odios, justicia, fidelidad, rebeldía, violencias, errores y arrepentimientos. Para alguien será la biografía de Arnau de Bonastre, hombre atormentado cuya vida como la rueda de la Fortuna gira y recorre varias veces el camino que va del poder y la seguridad a la decadencia y la miseria. O quizás la novela sea una peripecia casi edípica, que cuenta cómo los hijos (Arnau de Bonastre primero, sus propios hijos Raimón Amat y Oliver Ull Blau después) se rebelan siempre contra sus padres, aunque luego carguen con un ominoso sentimiento de culpa. Hay quien verá en esta historia una recreación del mito de Caín y Abel, y considerará que el tema principal es la lucha fratricida. O tal vez lo que vertebra toda la novela sea el proceso por el cual un hombre puede llegar a amar al hombre que más ha odiado. Pudiera ser, sin embargo, que lo aquí contado no sea más que 1os intentos de hombres y mujeres los de aquel pasado medieval, como los de hoy por sobrevivir en un mundo difícil. En esa lucha se encuentran todos: Arnau de Bonastre, el señor feudal tiránico y clemente, lúcido y ofuscado. Bertrán Guerau, el desdichado caballero que fue su amigo y su enemigo. Bernat Armengol, el guía y maestro, cabal y un tanto frío: Guifré de Castelnau, el hereje piadoso. Joan Galba, el artesano metido contra su voluntad en un mundo caballeresco. Vidal Girondí, el médico judío. y esas mujeres sometidas o altivas (Elisenda Guerau, Tibors de Fenal, Margarida la de Pere Galba, Sibila de Armengol), con su tenso silencio. Y otra presencia aún más silenciosa: la de los campesinos sujetos a una tierra que es a la vez su precario medio de supervivencia y su cadena. Pues, contra toda estúpida idealización del pasado, sabemos que «una cruel necedad esclaviza desde siempre a los hombres y les lleva a convertir su historia en un mal sueño de dolor tenebroso y estéril».
Paloma Díaz-Mas (Madrid, 1954) es profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y durante dieciocho años fue profesora de literatura en la Universidad del País Vasco. Ha publicado trabajos de investigación sobre literatura oral y romancero, literatura medieval española y cultura sefardí. Con sólo diecinueve años publicó un primer libro de microrrelatos (recientemente reeditado como ebook con el título Ilustres desconocidos). En Anagrama ha publicado las novelas El rapto del Santo Grial (finalista del I Premio Herralde de Novela 1983), El sueño de Venecia (Premio Herralde de Novela 1992) y La tierra fértil (Premio Euskadi 2000 y finalista del Premio de la Crítica); el libro de cuentos Nuestro milenio (1987), y los relatos autobiográficos Una ciudad llamada Eugenio (1992) y Como un libro cerrado (2005). También ha colaborado en dos antologías de cuentos coordinadas por Laura Freixas, Madres e hijas (2002) y Cuentos de amigas (2009).