Menos divulgada que su obra narrativa, la poesía de Álvaro Pombo resulta de obligado conocimiento a la hora de entender las raíces de su mundo literario. Este quinto poemario del autor santanderino puede leerse como una profesión de fe en el amor, un emocionado recuento que pasa revista a los triunfos y las derrotas, alternando el recuerdo estremecido de los días de plenitud con la melancolía de las pérdidas sucesivas, evocados por una voz personalísima que se cuenta entre las más originales de la poesía española contemporánea. Bajo su apariencia libérrima, los versos de Pombo siguen un riguroso patrón musical que recuerda el ritmo de la prosodia clásica, pero aplicada a la recreación de un universo lírico cuajado de asociaciones insólitas e imágenes sorprendentes, combinación única que da como resultado una poesía brillante, apasionada, rompedora y heterodoxa, rebosante de fuerza y de belleza. La faceta lírica de Pombo responde a su vocación primera y más querida.