Las reflexiones que encontrara el lector en estas páginas constituyen una obra excepcional de un hombre extraordinario. Escrita en el fragor de las duras campañas en el norte de imperio, representa, paradójicamente, una de las cimas de la introspección y la espiritualidad humana. Son las notas privadas, elegantes y sabias de un emperador sin par, preocupado desde las alturas de su dignidad por el sentido de la vida y la pequeñez humana. El soliloquio espiritual de un hombre obsesionado con el tiempo y la muerte, con la racionalidad del mundo y con la serenidad del alma frente a esa guerra perpetua que es la vida.
Marco Aurelio (Roma, 121 - Viena, 181) fue un reconocido y popular emperador y filósofo de Roma conocido como el «sabio» gracias a su gran formación cultural y filosófica, por ser un seguidor del estoicismo y por haber escrito una serie de reflexiones y pensamientos fundamentales en el pensamiento clásico. Reconocido principalmente por la manera en la que gobernó a su pueblo, fue visto como uno de los representantes más importantes de la filosofía estoica y fue el último césar que tuvo la «Pax Romana», una de las épocas más prósperas del Imperio.