En clave de ácida ironía, esta novela parece plantearse la respuesta a algunas preguntas necesarias: 1ª. ¿Se puede sobrevivir a la adolescencia sin convertirse en un imbécil?, y 2ª. ¿El mundo está mal hecho o está mal hecho uno para el mundo? Memorias prematuras cuenta los recuerdos de infancia y adolescencia del autor, pero no lo hace desde el punto de vista compasivo de un adulto que perdona o pondera los actos, los miedos, los amores y los odios de su juventud. Estas memorias están narradas en directo, desde la inmadurez más viva de un joven que intenta comprender su vida a través de la escritura. Una vida dividida entre dos países: Chile, donde nació, y Francia, donde fue exiliado por la dictadura de Pinochet. Entre su necesidad de ser un héroe o un genio y su miedo a la noche, al servicio militar, a las mujeres. entre sus ganas de creer en Dios v la ambición de ser él mismo su propio Dios. Una novela de aprendizaje en la que ni lectores ni protagonistas aprenden nada útil.
Rafael Gumucio (Santiago de Chile, 1970) se ha consolidado en los últimos años como una voz clave de la literatura latinoamericana contemporánea. Profesor especializado en asuntos humorísticos, ácido columnista y comentarista radiofónico, es sobre todo en la crónica, el ensayo y la novela donde se ha mostrado como un observador implacable tanto de sí mismo como de la realidad familiar y social que lo rodea, plasmando su inconfundible visión de las cosas en los libros Invierno en la torre, Memorias prematuras, Monstruos cardinales, Comedia nupcial, Los platos rotos, Páginas coloniales, La deuda (2009), Contra la belleza, La situación, Mi abuela, Marta Rivas González, Milagro en Haití (Literatura Random House, 2016) y Contra la inocencia. En 2004 obtuvo el Premio Anna Seghers.