Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 - Niza, 1536), cortesano y soldado de Carlos V, consiguió introducir las formas y el espíritu del Renacimiento en la poesía española, con una obra de gran belleza y delicada musicalidad, que fue expresión de una atormentada y patética sensualidad, con referencias continuas al amor imposible -ya por ir contra las normas sociales, ya por sobrevenir la muerte de la amada. Un dolor de amor que llega a constituir la propia identidad del hombre -No me podrán quitar el dolorido / sentir, si ya del todo / primero no me quitan el sentido- y que se soluciona, en su última poesía pastoril, en una verdadera sublimación de corte neoplatónico, en un goce hedonista del paisaje, la música y el arte. En esta edición, cada poema se presenta primero por medio de una breve introducción particular; luego el texto crítico con variantes y, a pie de página, recoge comentarios desde los autores clásicos hasta los investigadores contemporáneos.
Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 - Niza, 1536). De familia noble, su figura representa al caballero cortesano renacentista, artista exquisito e intrépido capitán. Fue amigo personal de Carlos I, luchó en las campañas imperiales y murió en Niza, Francia, en el asalto de un castillo. Su obra trata exclusivamente de amor. De ella se conservan 38 sonetos y tres églogas en las que poetiza su propia historia amorosa, además de algunas canciones, epístolas y elegías. Cultivó el soneto, la lira, la silva y el terceto encadenado.