El doctor Bettlheim nos enseñó en este libro maravilloso que los cuentos de hadas son una fuente inagotable de placer estético y tienen una gran influencia en la educación de los niños. Los cuentos de hadas ejercen una función liberadora y formativa para la mentalidad infantil y la dotan de apoyo moral y emocional. Al identificarse con los mismos personajes de los cuentos, los niños comienzan a experimentar por ellos mismos sentimientos de justicia, fidelidad, amor, valentía, no como lecciones impuestas, sino como un gozoso descubrimiento, como parte orgánica de la aventura de vivir.
Bruno Bettelheim (1903-1990), fue uno de los psiquiatras y psicólogos infantiles más influyentes del siglo XX. Entre sus obras destacan Aprender a leer (1983), El peso de una vida (1991) y No hay padres perfectos (1994), todas ellas publicadas por Crítica.