Cada vez más, la ciencia insiste en mostrarnos un universo vacío. ¿Por qué, entonces, siguen agrandándose las filas de los creyentes ¿Podríamos ignorar que, hoy, en todo el planeta, hay siete mil millones de seres humanos que tienen trato diario con Dios En este apasionante análisis, Boris Cyrulnik examina las razones profundas que aún hoy llevan a millones de seres humanos a seguir creyendo. Entre ellas, destaca las ventajas adaptativas de la religión, tanto en sus expresiones individuales como grupales, por su capacidad de dotar de sentido a la existencia humana. A través de un acercamiento ameno a la teoría de la mente, así como a la estrecha relación que existe entre religión y cultura, Cyrulnik demuestra el vínculo que existe entre las primeras figuras de apego de la infancia y la transmisión del sentimiento religioso. Dios es una figura protectora y una extensión del amor de los padres. De ahí que, ante las adversidades de la vida, el sentimiento religioso resulte ser un factor importante de resiliencia. Pero el autor nos advierte: el hecho religioso puede caer con facilidad en el fundamenta
Boris Cyrulnik. Nacido en Burdeos en 1937 en una familia judía, sufrió la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi del que él logró huir cuando sólo tenía 6 años. Tras la guerra, deambuló por centros de acogida hasta acabar en una granja de la Beneficencia. Por suerte, unos vecinos le inculcaron el amor a la vida y a la literatura y pudo educarse y crecer superando su pasado.
No es ni mucho menos gratuito que el Dr. Cyrulnik haya indagado tan a fondo en el trauma infantil: con siete años vio cómo toda su familia, emigrantes judíos de origen ruso, eran deportados a campos de concentración de los que nunca regresaron. "No es fácil para un niño saber que le han condenado a muerte". Era el típico caso perdido, un "patito feo" condenado a llegar a la edad adulta convertido en un maltratador, un delincuente o un tarado.
Boris Cyrulnik se transformó en un neuropsiquiatra, psicoanalista y estudioso de la etología, siendo uno de los fundadores de la etología humana.