Este libro contiene una biografía inédita de Vincent Van Gogh, escrita por Julián Zugazagoitia a vuelapluma y en calidad de último trabajo durante su cortísimo y obligado exilio parisiense entre 1939 y 1940. Insatisfacción, pobreza, humidad, entereza y dolor, mucho dolor, caracterizan la vida de este pintor en la biografía sentimental de Zugazagoitia. Dice el pintor en una de sus cartas a Theo citada textualmente: «Con la figura o con el paisaje quiero expresar, no una cosa sentimentalmente melnacólica, sino un profundo dolor» (capítulo sexto), poniendo en claro sus sentimientos con respecto a la actividad que le obnubilaba el buen juicio y la razón. Además de recordarnos una serie de anécotas de la vida de Van Gogh en sus distintos lugares de residencia, esta breve e intensa biografía nos muestra la evolución del pintor en esas ciudades: sus p,,imeros intentos fallidos de dibujar el Támesis en Londres. el cultivo de una paleta sombría y tétrica durante su estancia en el Borinage minero belga, el descubrimiento de la perspectiva y de Rembrandt en Ámsterdam, y sobre todo la apasionante entrega a toda la gama de colores en Amberes y París, al amarillo solar para capturar la luz en sus lienzos de Aries, y la frustración final en SaintRémy, donde acabaría su vida de un pistoletazo en el pecho.
Julián
Zugazagoitia nació en Bilbao a comienzos de siglo, hijo de un obrero
socialista. Él mismo fue militante del PSOE desde muy joven, y era, en el
inicio de la guerra civil, director del periódico El Socialista, desde cuyas páginas
denunció los excesos cometidos por ambos bandos, especialmente los que
presenció en Madrid. Durante el conflicto se vio obligado a ejercer su segunda vocación, la política,
como ministro de Gobernación y secretario general del Ministerio de Defensa en
los gobiernos de Juan Negrín. Fue él, por ejemplo, quien facilitó a Rafael
Sánchez Mazas, enemigo político pero compañero en las letras, el salvoconducto
para salir de Madrid. Ya en el exilio, a los pocos meses de terminar el libro,
fue arrestado por la Gestapo y entregado al régimen franquista junto a otras
personalidades republicanas, como Lluís Companys o Cipriano Rivas Cherif, para
ser juzgado y fusilado en Madrid en 1940.