Jerónimo Rodríguez Loera nace en 1936, en el remoto pueblo jalisciense de Lagos de Moreno. Es hijo de un panadero asturiano, Eusebio, y de su joven novia Mercedes, una niña bien de Guadalajara. En apariencia, Jerónimo es un niño mexicano como cualquier otro, pero también es un monstruo: recuerda completo el ciclo de sus reencarnaciones y, con él, todo el comportamiento humano. El prodigio incomunicable de esta mente es recibido por el padre como un signo de retraso mental, y el niño es transformado en el síntoma que denuncia que la familia Rodríguez Loera no es lo que aparenta. Jerónimo educará un odio creciente hacia ese padre autoritario que lo ha desterrado a las habitaciones de los criados. Se gesta así el germen de una verdadera revolución doméstica en cuya culminación se celebrará el reacomodo de la gran ruleta cósmica.Estamos frente a una novela cuántica, donde los diversos tiempos y espacios son simultáneos y donde la persona y el número del narrador se modifican constantemente. Y de esa colisión de realidades emergerán los misterios que inquietarán al lector y que Enrigue desmadeja uno a uno: ¿cómo
Álvaro Enrigue nació en México en 1969. Ha vivido entre el Distrito Federal y Washington D.C, y ahora reside en Nueva York. Ha sido profesor de Literatura en la Universidad Iberoamericana y de Escritura Creativa en la de Maryland. Se dedica desde 1990 a la crítica literaria, y ha colaborado en revistas y periódicos de México y España. A su regreso a México, después de una breve etapa como editor de literatura del Fondo de Cultura Económica, pasó a formar parte de la revista Letras Libres y posteriormente fue editor de Conaculta. Ganó el Premio de Primera Novela Joaquín Mortiz con La muerte de un instalador, en 1996. En Anagrama ha publicado Hipotermia y Vidas perpendiculares. Ha sido seleccionado por la New York Public Library como escritor residente en 2011 y 2012 junto a Jonathan Safran Foer y James Fenton después de la publicación en México y España de Decencia.