BROSSARD, NICOLE / DOMENECH, LAIA (Ilustración)
Toda traducción de una obra literaria es una muralla contra el etnocentrismo. Al igual que la creación, la traducción protege a la humanidad de su propia erosión porque es una garantía de circulación, diálogo y renovación en el espacio y el tiempo. Toda traducción es también, potencialmente, un detonador de deseo, memoria, comparación e imaginación. Traducir es una manera privilegiada de entrar en el universo de la propia lengua y de poder explorarla en todas las direcciones atravesando el paisaje de sus orígenes y sus grandes escenarios históricos: sus regionalismos, su modernidad, sus timideces, su arrogancia, sus grandes enfados y siempre, siempre, el esplendor de sus miles de pequeñas invenciones que, sonrientes o incluso cínicas, proporcionan placer. En la traducción se da una práctica extrema de ese acto denominado lectura que, seamos sinceros, tiene el poder de estimular y renovar realmente nuestra vida interior.
Nicole Brossard nació en 1943 en Montreal, donde sigue residiendo actualmente. Su obra, iniciada en 1965, comprende una treintena de títulos repartidos entre la poesía, el ensayo y la novela. Sus libros, traducidos al inglés, alemán, español, italiano y neerlandés, le han valido una reputación internacional. Ha obtenido los principales premios literarios de su país y pertenece a la Academia de Letras de Quebec.