Alberto Moravia pertenece a esa reducida categoría de escritores que han podido disfrutar inmediatamente del resultado de su actividad literaria y que se han convertido en maestros reconocidos. Desde su precoz comienzo literario, a los veintidós años, con " Los indiferentes " , es uno de los autores más populares y discutidos, que ha influido constantemente en la cultura contemporánea.
Con los " Cuentos romanos " , Moravia abre su lengua " al romanesco, a un lenguaje bajo " influido por sus lecturas juveniles de Belli. En ellos no nos habla del pueblo de Roma en un sentido histórico o sociológico, sino desde su condición simplemente humana, que hay que aceptar como es. Esta vez no hay ninguna condena ni para sí mismo ni para el que, leyendo, pueda a veces reconocerse en esos pícaros.
Alberto Moravia, pseudónimo de Alberto Pincherle (Roma 1907-1990) empezó su actividad en 1927 colaborando en la revista 900. Todavía muy joven y convaleciente de una tuberculosis, comenzó a escribir acerca de las dificultades morales de las personas socialmente alienadas. Trabajó durante muchos años en Il Corriere della Sera y representó a Italia ante el Parlamento Europeo desde 1984 hasta su muerte. Desde su primera novela, Los indiferentes, se perfila una trayectoria narrativa caracterizada por la descripción y la crítica frontal de los vicios de la sociedad del siglo XX, más allá del naturalismo o del realismo decimonónico. Un distanciamiento pesimista y amoral vuelve a aparecer en Las ambiciones defraudadas, El desprecio y La mascarada, gracias a un estilo narrativo deliberadamente monótono, gris, preciso. Además de estos títulos también escribió La romana, Agostino, El conformista, La campesina y El tedio; y varios libros de viajes y recopilaciones de artículos periodísticos.