En Decencia, dos aspirantes a combatientes clandestinos hacen estallar una bomba en el consulado de los Estados Unidos en Guadalajara. Durante su trabajoso escape se encontrarán el pasado que los puso donde están, pero también el futuro que los espera (gane o pierda su causa). Decencia es una novela sobre la topografía del tiempo pero también una historia escrita con sudor y saliva. Un viejo es secuestrado por un par de revolucionarios en los años setenta. A un niño le estalla en la cara la Revolución mexicana de principios del siglo XX. El viejo recuerda al niño que fue; y el niño, al viejo que será. Decencia celebra y parodia las ambiciones de totalidad de las grandes narrativas latinoamericanas. Es al mismo tiempo un bildungsroman subvertido por el caos de la experiencia recobrada y una road novel que dura cien años. Si algo ha distinguido los libros de Enrigue es la violencia con que replantea las fronteras de lo novelístico bajo una sola consigna: someter al tiempo -inexorablemente rígido y lineal- a la lógica mucho más plástica y flexible del lenguaje. "Enrigue es profundamente consciente de la literatura hispanoamericana y, bajo la gracia literaria de Borges (pero sin la solemnidad de sus imitadores), escribe con la precisión miniaturista de Vila-Matas, el lirismo seco y salvaje de Bolaño y, latiendo acá y allá, el corazón de Bryce Echenique... Captura con dolor y felicidad esos momentos de la existencia de un hombre en que se oye el clik, el crak con que la vulgaridad del mundo se quiebra y la vida se vuelve a la vez belleza, tragedia y sentido." Juan Ignacio Boido, Página 12, Buenos Aires "Una escritura sugestiva y provocadora... que tiene la sabidu ría que predicaba Henry James: Never explain" Arturo García Ramos, ABCD, Madrid.
Álvaro Enrigue nació en México en 1969. Ha vivido entre el Distrito Federal y Washington D.C, y ahora reside en Nueva York. Ha sido profesor de Literatura en la Universidad Iberoamericana y de Escritura Creativa en la de Maryland. Se dedica desde 1990 a la crítica literaria, y ha colaborado en revistas y periódicos de México y España. A su regreso a México, después de una breve etapa como editor de literatura del Fondo de Cultura Económica, pasó a formar parte de la revista Letras Libres y posteriormente fue editor de Conaculta. Ganó el Premio de Primera Novela Joaquín Mortiz con La muerte de un instalador, en 1996. En Anagrama ha publicado Hipotermia y Vidas perpendiculares. Ha sido seleccionado por la New York Public Library como escritor residente en 2011 y 2012 junto a Jonathan Safran Foer y James Fenton después de la publicación en México y España de Decencia.