Estas reflexiones de Miguel de Unamuno (1864-1936), escritas antes y después del malhadado 1898, leídas en las actuales circunstancias de la sociedad española, ponen de manifiesto la persistencia de un sentido chico de la patria, de un sentimiento de campanario, de un concepto simplón de nación las más de las veces sustentado en la mentira. "Creo que al protestar no pocos contra lo que llaman el españolismo, protestan contra la íntima desespañolización de España. ¡Extirpar el beduinismo! ¡Desarraigar las taifas! He aquí la grande, la noble, la patriótica tarea de todos los que hablan de cortar las amarras. Si quieren salvarse cortando éstas, se perderán; si en vez de esforzarse por tirar de la cuerda y arrastrar tras de sí a los otros, se ocupan en cortarla, se irán, con la cuerda cortada, a hundirse donde se hunda el que con ella les tiraba.ö
Miguel de Unamuno y Jugo nació en Bilbao en 1864. Fue un hombre singular que tenía, además afán de singularizarse. Desgarrado por la angustia existencial y la pérdida de la fe, se esforzó en sus escritos por suscitar en los demás esas mismas inquietudes. En 1891 toma posesión de la cátedra de griego de la Universidad de Salamanca. Cultivó el ensayo, el artículo, la novela, la poesía y el teatro. Toda su obra constituye un corpus único con absoluta unidad temática y de estilo. Después de unos años de reflexión sobre el tema de España, son los conflictos religiosos y existenciales los que van a ocupar toda su atención: «Del sentimiento trágico de la vida», «La agonía del cristianismo, son creaciones que van en este sentido. Se entrega a la actividad política desde una ideología socialista (aunque muy particular). Su enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera le costará el ser destituido de su cátedra y la condena al exilio. Después de la caída del dictador(1930), pone fin a su destierro y es recibido como símbolo de la lucha contra la opresión. Acoge favorablemente la república, pero pronto se siente decepcionado y el alzamiento del 18 de julio de 1936 cuenta con su apoyo, pero tampoco transige con los abusos del bando «nacional». Un incidente con Millán Astray provoca una nueva destitución de sus cargos y el arresto domiciliario. Muere de repente el 31 de diciembre de ese mismo año de 1936.