Siempre es interesante lo que escribe un poeta sobre poesía, sobre la suya propia o sobre la ajena, a menos que, como suele ocurrir en tal coyuntura, se crea obligado a una efusión de sentimientos nobles; pero si dichos escritos son realmente críticos, entonces su valor es superior al de los profesionales de la crítica [...]. Dicho tipo de trabajo es bien raro entre nosotros [...], lo cual es tanto más de lamentar cuanto que ahí precisamente es donde el poeta puede indicarnos su actitud ante ciertas cuestiones técnicas y ante el mundo en general. Luis Cernuda
A diferencia de otros poetas de su generación, de éxito más o menos inmediato, Luis Cernuda (1902-1963) fue elaborando su obra un poco al margen del mundo literario de su día, confiado en que su poesía iría creando su propio público poco a poco. La aparición en 1936 de la primera edición de su obra poética, La realidad y el deseo, contó con una muy buena crítica; sin embargo, el estallido de la guerra civil impidió que se consolidara entonces su reputación. Después de la guerra, en que tomó partido con la República, se exilió, primero en Gran Bretaña (1938-1947) y después en Estados Unidos (1947-1952) y México (1952-1963). La importancia de sus lecturas de poesía inglesa para su obra ha sido resaltada, con razón, por la crítica. En México Cernuda publicó una segunda edición ampliada de La realidad y el deseo (1940) y también una tercera (1958). Fue asimismo en México donde escribió los poemas de Desolación de la Quimera (1962) y dos de sus libros de crítica literaria: Estudios sobre poesía española contemporánea (1957) y Pensamiento poético en la lírica inglesa (siglo xix). Después de su muerte en noviembre de 1963, su influencia en la poesía española contemporánea ha ido creciendo sin parar.