Se desconoce el momento exacto en el que Emily Dickinson conoció a Susan Huntington Gilbert, pero hay constancia de su primera carta, enviada en 1850, que dio lugar a una intensa relación epistolar que se mantuvo durante cuatro décadas, hasta la muerte de Emily en 1886. Este volumen recoge una selección de aquellos textos, que trascendieron el mero intercambio de cartas y refuerzan la imagen de una mujer fascinante y adelantada a su época. Bajo la aparente banalidad de las cuestiones cotidianas, subyace la fuerza de una prosa inspirada por un amor incondicional y duradero, tanto que fue Susie quien cuidó de Emily en sus últimos días e hizo de custodia de su inestimable legado literario.
La poetisa norteamericana
Emily Dickinson nació en Amherst,
Nueva Inglaterra, en 1830. Estudió en la Academia de Amherst y en el Seminario
Femenino de Mount Holyoke, Massachusetts, donde se formó en un ambiente
calvinista muy rígido, contra el que manifestó un obstinada rebeldía, pero que
impregnó profundamente su extraña concepción de Universo.
Emily
Dickinson se aisló muy pronto del mundo y no admitió, a partir de entonces,
entrar en contacto con nadie que no estuviera a la altura de sus conocimientos
y de sus afectos, como lo estuvieron, por ejemplo, sus cuatro preceptores :
Benjamin Franklin Newton, quien le hizo leer en edad muy temprana a Emerson, y
luego el reverendo Charles Wadsworth, el escritor Samuel Bowles y el Juez Otis
P. Lord, con quienes mantuvo una correspondencia abundante y asidua a la que
hoy recurren todos aquellos que desean ahondar en la aventura espiritual de tan
peculiar personalidad.